sábado, 29 de marzo de 2008

domingo, 23 de marzo de 2008

Trabajos de introspección







El suplente

Deseaba que mi perro se quedara en ese momento, pero él prefirió retirarse antes que seguir masticando el pequeño trozo de carne maloliente que había guardado en su traste de peltre despostillado. ¿Por qué Carlos no se fue? Primero tuve la intención de correrlo pero no lo hice. Por el contrario, le pedí que permaneciera ahí, sentado en el sillón, escuchando todo, viendo todo, percibiendo el hedor de la comida del perro y otros olores que luego se esparcieron por toda la habitación.

Esa noche invité a Carlos a pasar. Después de sentarnos un rato en el sillón roído por el perro y recordar una y otra de nuestras aventuras, la puerta desvencijada se abrió y la dama entró: labios pintados de rojo, uñas dispuestas a dejar surcos sobre cualquier espalda impecable. Me levanté y le ofrecí vino tinto. La hoja de la ventana se abrió de golpe y permitió que un rayo de luna mostrara el macilento rostro de Carlos. Ella lo ignoró. Esa mujer sólo tenía miradas para mí; abrió la gabardina bruna que cubría su blanco cuerpo, Carlos se levantó y la ayudó a despojarse del estorboso trapo para comprobar que luego ya no quedaba nada más que centímetros y centímetros de piel madura. Carlos se sentó de nuevo, se movía hacia un lado y otro, inquieto. Por un momento pensé que se iba. No sucedió así y yo tampoco le dije que lo hiciera, su compañía empezó a resultarme agradable, en cierta forma sus movimientos eran un poco caninos. Al principio yo extrañaba la respiración agitada de mi perro, pero Carlos se encargó de eso; apenado por lo exagerado del sonido, me preguntó si prendía la vieja lamparita de la mesa esquinera, tal vez para distraerme un poco; le dije que no y desde ese momento mi invitado enmudeció, yo volteaba de vez en cuando para sentirlo ahí, en el mismo lugar del sillón donde se echa mi perro. Me volví después hacia la fiera que ya ansiaba el primer roce de la parte más firme de mi cuerpo, la más dispuesta. Con sed moderada, la señora tomaba un poco de vino y permitía que otro poco se escurriera por su cuello hasta llegar despacio a sus garbosos pechos donde ya mi boca esperaba ansiosa. Sobre la mesa, usamos el vino para humedecernos... Los gritos, gemidos y sollozos sombrearon los dibujos que Carlos trazó de nuestras figuras desnudas que apenas alcanzaban a vislumbrarse en medio de la oscuridad.

Luego descansamos. Carlos también descansó.

El olor a satisfacción impregnó el ambiente. Mi perro no tardó en percibirlo y sus ligeras pisadas cayeron sobre las losetas percudidas de la habitación. Entonces escuché que alguien masticaba un trozo de carne putrefacta.


Leticia Martinez Gallegos
(publicado en La Jornada Semanal, México)

sábado, 22 de marzo de 2008

Cuando la vida es muerte

La muerte de Chantal Sébire reaviva el debate. Es un debate muy complicado en la práctica, sí, pero pienso, para algun@s a lo mejor ingenuamente, que quizás no tendría porque ser tan complicado ni tan reñido, si tuviéramos en cuenta y cumpliéramos, de hecho, cuestiones como:

- El Estado debe dejar de considerar a los ciudadan@s libres, autónom@s y capaces para unas cosas e incapaces y necesitad@s de tutela para otras.
No se trata de llegar a una ausencia total de control, a un coladero de suicidas, si no de unos controles mínimos exigibles para que cualquier ciudadan@, con plenas facultades, capaz de dar consentimiento, que se encuentre en una situación límite de enfermedad terminal, pueda decidir sobre su propia existencia, pues es a él/ella a quién pertenece el control de su vida, que incluye cuerpo y alma, y pueda ejercer su derecho fundamental de morir dignamente, esto es, con una asistencia médica que le garantice un tránsito sin sufrimiento, y una asistencia legal que proteja la dignidad de su decisión y su persona, de los que le rodean y apoyan y evitarse, así, que se lleven a cabo estas prácticas en la clandestinidad, en condiciones poco deseables y en el límite de la ilegalidad o la alegalidad.
Se debe dejar de pensar en la sociedad como una masa de gente sin criterio para ciertos asuntos, de una forma excesivamente paternalista. Creo que no se puede seguir pensando cosas como que si se legaliza la eutanasia la gente se va a lanzar en masa a morir, igual que si se legaliza el aborto libre las mujeres no se van a lanzar en masa a abortar o si se legaliza el cannabis no todo el mundo querrá fumar… (igual que legalizando el matrimonio homosexual no se acaba con la familia ni con la sociedad).

- Es inadmisible que cuestiones religiosas sigan interfiriendo en la vida pública, política, jurídica y social, imponiendo sus principios y sus dogmas a la sociedad en general en vez de limitarse exclusivamente a orientar religiosa y éticamente a sus miembros y a sus fieles.(Me parece muy bien que la muerte de Jesucristo se considere también una muerte digna, expresiva de unos ideales, pero eso no quiere decir que sea la única muerte digna posible a la que se pueda y se deba aspirar. No podemos estar obligados, a estas alturas, a cumplir con los ideales de unos pocos.)

- Al hilo de lo anterior, se me ocurre que, en el fondo, lo que haría mucha falta es cambiar la concepción que tenemos de la muerte, demasiado influida y contaminada por la tradición cristiana. Influencia que nos afecta a la gran mayoría, incluso sin ser creyentes de hecho ni de pensamiento. Entender que la muerte forma parte de la vida, que no es moralmente buena ni mala, que alguien puede querer o necesitar morir, que alguien puede, libremente, elegir morir…


viernes, 21 de marzo de 2008

martes, 18 de marzo de 2008

Semana Santa : ¡horreur!

Llama la atención observar que gente con un alto nivel de formación científica sea capaz de compatibilizarlo con profundas creencias religiosas.
Me llama la atención y me recuerda la antropología cognitiva. Occidente y todos nosotros presumimos de las maravillas de nuestra ciencia y de la eficacia del pensamiento científico. Nuestro pensamiento científico critica y desprecia las creencias y muchos de los esquemas culturales de "los otros", mientras que nosotros seguimos manteniendo, sin darnos cuenta, grandes cantidades de "pensamiento mágico", junto con el científico, sin reparar en nuestra propia e inmensa contradicción.

Es por esto que me molesta profundamente que algunos médic@s y enfermer@s menosprecien muchas creencias e ideas culturales que los inmigrantes traen consigo y, acto seguido, te comenten que ese día no comen carne porque es viernes o que saldrán durante horas para hacer penitencia en tal o cual procesión.

domingo, 16 de marzo de 2008

Medea, Medea... (II)

No pude evitar mirar de reojo alrededor. Se me agolpaban recuerdos en la cabeza. ¿Seguirá saliendo por aquí?
Hace tanto tiempo... en el Medea, la discoteca lésbica más antigua de Madrid, que conserva su aire clandestino tras una puerta metalizada y fría, ella me decía:

- ¿Sabes? Antes de conocerte yo pensaba que todas las pelirrojas eran feas.
-¿¿Cómo??
- ¡Sí!- y se reía.
-Ah... pues no se cómo debo tomarme esto...

Me hacía gracia, esa forma de decirme que yo le gustaba. O que le parecía guapa. O algo.
Pero yo actuaba un poco y me hacía la ofendida. Ella se reía, me mimaba para consolarme y bailaba para mí.

jueves, 13 de marzo de 2008

Frivolidades

Esto no tiene interés para nadie pero que sepáis que he perdido ¡tres kilazos! en el último mes, según la báscula de mi sala.

Creo que mandaré que la revisen… ¬¬

lunes, 10 de marzo de 2008

Gris y pistachos sirios

Cielo gris detrás del cristal, detrás de las antenas, detrás de los ladrillos.
Me gusta.
Lo miro mientras como pistachos sirios que me regalaron.
Pero hay un gris sobre gris.
Sobre una incertidumbre gris.

Cojo aire.

No quiero quedar atrapada en esos grises que me amenazan y me atenazan, pienso, mirando mis pistachos sirios.

Observo otra vez el gris detrás del cristal, mientras como pistachos sirios y esquivo mentalmente las trampas en las que tiendo a caer.

sábado, 8 de marzo de 2008

Las danaides deberían sentarse y renunciar. (¡Amooor!)

Pero la vida no es sólo un río, o una nube que pasa, como dice la Biblia. Es un objeto inaprehensible y una gran rueda con figuras grotescas que suben y bajan al ritmo de las estaciones. Es todo y nada; una rueda cuyo eje se agarrota con frecuencia, o se desliza con rapidez exagerada o se detiene y uno va a parar a ese lugar común, viejo tópico que es la muerte. Una de las marionetas que giran en la rueda fue llamada Fortuna, diosa caprichosa y cruel que pocas veces viene a sentarse en esa silla que le tenemos preparada. [...]
Desde la cima del amor se veían otros amores difusos, más deseables que aquél poseído. Y, luego, este nuevo amor es flaco como la carne misma y señala con su dedo otro nuevo amor que se extiende como una estepa soleada al otro lado. Subir para bajar luego, escalar con sudor para no encontrar más que otra nueva cumbre.



"Las corrupciones". Jesús Torbado.

jueves, 6 de marzo de 2008

Campaña de Juventud IU

Me encanta pasear por carabanchel y ver los carteles de Izquierda Unida que, en mi opinión, este año están muy bien.
Estoy harta de ver sólo a Rajoy y Zapatero repartirse el gran pastel y arreglar el país en dos semanas (oficiales) de campaña, a base de promesas deslumbrantes.
Menos mal que ya queda poco para el parto...

Este es el cartel que más me ha gustado.



Los demás, aquí:http://www.yahoralaizquierda.org/materiales.html

sábado, 1 de marzo de 2008

Los cuentacuentos me recuerdan...


... que guardé mariposas en algunos libros.