Sí, lo soy.
Y ya no me avergüenzo de ser así ni de llamar la atención.
De hecho, incluso siento cierto orgullo de ser así, diferente.
Resistí y no fuí arrollada por los dominantes.
Pero soy completamente normal, como cualquiera, soy la misma que ayer y la misma que mañana.
No me parece justo que le pongan nombre de enfermedad: rutilismo.
1 comentario:
jajaja estos científicos o lo que sea deben de aburrirse mucho. Y andan tratando de normalizarnos a todos ;)
Pero tú ahí, orgullosa de lo tuyo, bravo, a ondear al viento
Si vieses la cantidad de gente que se tiñe aquí para tener ese color de pelo que dios (¿o era el diablo?) te ha dado...
Un besote linda
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